Nueva York, introducción a la ciudad mágica…

Creo que toda mi vida he soñado con viajar a Nueva York. No entendía qué extraña magia tenía esa ciudad que tanto me atraía, pero estaba segura de que cuando fuera lo descubriría. Y así ha sido.

Hace apenas unas semanas que he vuelto y ya sueño con la próxima visita. La ciudad es única, tiene una energía que te atrapa, que te engancha, que te hace sentir parte de ella por más lejos que esté el país del que procedas.

He descubierto que Nueva York es mi ciudad, porque no hay que nacer en un lugar para sentir que ese es tu sitio.

Si todavía no conocéis la gran manzana os invito a que leáis mi experiencia en estos posts y si ya la conocéis, estoy segura de que lo leeréis, porque estaréis como yo deseando volver cuanto antes. En las siguientes entradas os iré relatando mis experiencias a lo largo de una semana en la ciudad de los rascacielos. Es mi pequeño homenaje a la ciudad de Nueva York, espero que lo disfrutéis!

 

EL VIAJE

Viajar a Nueva York desde Málaga en vuelo directo es posible durante los meses de verano gracias a Delta. Desde allí viajamos nosotros y en menos de siete horas estábamos en la gran manzana. Desde Madrid la opción de vuelos directos es mucho más amplia y se pueden encontrar ofertas interesantes en distintas épocas del año.

Si vais a viajar a EEUU por primera vez debéis saber que es necesario llevar el pasaporte y un documento llamado ESTA que podéis solicitar a través de la página web de la embajada americana en España. Tendréis que rellenar un formulario y contestar a unas preguntas y pagar por transferencia alrededor de unos diez dólares. En un margen de unos dos o tres días os confirmarán la validez del documento que deberéis imprimir y llevar con vosotros en el viaje. Una vez en el avión la tripulación os entregará otro formulario que debéis rellenar y entregar junto con el resto de documentación en el control de aduanas del aeropuerto.

Dado que era un viaje familiar y por tranquilidad de mis acompañantes, tanto el vuelo como el transfer y el hotel fueron tarea de una agencia de viajes. El resto de la estancia la organizamos por libre.

 

TRASLADOS DEL JFK A MANHATTAN

-En metro, El AirTrain circula desde el aeropuerto JFK hasta las estaciones Howard Beach o Jamaica y cuesta 5 dólares. Desde allí puedes cambiar a las líneas de metro A o E para llegar a Manhattan por sólo 2.75 dólares. Con esta opción tardarás alrededor de una hora y media en llegar al centro. El coste total es de 7.75 + 1 dólar por la MetroCard (el billete de metro que es recargable).

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-Podéis hacerlo en tren, conecta el aeropuerto JFK con Penn Station. El viaje cuesta 10 dólares desde el JFK. Para llegar al tren primero tienes que subir al AirTrain (que cuesta 5 dólares) y cuyo trayecto hasta la estación dura entre 15 y 25 minutos y el trayecto a Penn Station entre 20 y 30 minutos.

-En autobús, NYC Airporter tiene un servicio de autobuses lanzadera entre JFK y Manhattan. Los shuttle buses salen cada 20-30 minutos entre las 5 de la mañana y las 11 de la noche. Comprando los billetes online os costará 18 dólares el de ida y 34 el de ida y vuelta. Estos buses paran en Penn Station, Grand Central y Port Authority Bus Terminal en Manhattan.

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-También podéis hacer el viaje en los tradicionales taxis amarillos, resulta más caro pero si no tenéis reservado un servicio de transfer y no queréis complicaros mucho la vida es lo más cómodo. Cuesta alrededor de unos 60 dólares a lo que tendréis que sumar la propina, entre 7 y 10 dólares (importante este concepto en la ciudad de Nueva York, es «obligatorio» dar propina).

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ALOJAMIENTO

Alojarse en Manhattan no es barato. Nosotros optamos por la cadena española de hoteles Riu y nos alojamos muy cerca de Times Square, una localización estupenda para moverse fácilmente por la ciudad tanto a pie como en transporte público.

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http://www.riu.com
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http://www.riu.com

Como os digo los hoteles en Nueva York no son baratos, pero si os decantáis por este tipo de alojamiento os recomiendo que echéis un vistazo al Room Mate Grace, Al Riu Plaza Times Square, al hotel Edison, el Pensylvannia, o el Hotel 31.

Eso sí, será difícil que encontréis algo decente en Midtown por menos de unos 150 dólares la noche.

Si preferís un apartamento, la mejor opción, en mi opinión, es consultar la web de Airbnb.

 

NEW YORK PASS O CITY PASS

Una de las recomendaciones que aparecen en todas las guías o blogs de Nueva York es la de estos dos pases que dan acceso a todas las visitas obligadas en la ciudad.

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Después de informarme bien yo opté por el New York Pass, es una tarjeta que se puede adquirir por internet con una validez de 1 día, 2, 3, 5, 7 o 10 y que da acceso a más de 90 atracciones. Me pareció la más conveniente para nosotros, teniendo en cuenta los días que íbamos a estar en la ciudad y lo que queríamos ver. Adquirimos una tarjeta válida para 5 días (hay que usarla en días consecutivos) y nos costó unos 200 euros. El ahorro con esta tarjeta es considerable, tened en cuenta que las visitas son caras. Sólo las entradas al Empire State Building o al Rockefeller cuestan casi 50 dólares cada una, así que en pocas visitas ya has amortizado la tarjeta. Tener la tarjeta implica que hay que pasar por las taquillas para canjearla por las entradas, pero hay algunos lugares en los que no es necesario hacer la cola.

Al reservar el pase por internet tendréis que imprimir el comprobante para luego recoger vuestros pases una vez que estéis en la ciudad. En el mismo papel os especifican los lugares en los que se puede recoger. Nosotros los recogimos en la ventanilla del museo de cera Madame Trussard, muy cerca de nuestro hotel en Times Square.

Si pensáis reservar alguno de estos dos pases comprobad que lo hacéis en sus páginas oficiales: new york pass y city pass.

 

EL METRO

Como en mi familia somos todos unos andarines empedernidos, tengo que decir que el metro no ha sido nuestro principal medio de transporte en la ciudad. Pero es evidente que para algunos desplazamientos concretos era necesario utilizar el metro y así aprovechamos para vivir esa interesante experiencia que es el suburbano newyorkino.

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El metro de Nueva York funciona las 24 horas del día y la frecuencia de paso suele ser de 5 a 10 minutos. En casi todas las paradas encontraréis paneles informativos donde se especifica el tiempo de espera.

La primera vez que bajamos al metro de Times Square un grupo de turistas argentinos se peleaban con la máquina dispensadora de billetes. Al acercarme a sacar los nuestros una de las viajeras me advirtió: «tened paciencia, moverse en metro por Nueva York es muy complicado». Yo recordaba mis aventuras en el metro de Londres y pensé, no puede ser mucho más difícil. Y la verdad es que me pareció coser y cantar.

Lo único en lo que debes fijarte cuando vayas a subirte al metro es la dirección hacia la que te diriges, Uptown, si vas hacia el norte de Manhattan o Downtown si vas hacia el sur. Es importante no equivocarse en esto porque algunas paradas de metro tienen entradas diferentes según la dirección a la que vayas. Una vez teniendo claro eso, solo debes buscar la linea que te lleva a tu destino. Lo más cómodo es llevar un plano de metro, resulta súper útil y muy práctico para detectar fácilmente las lineas y paradas.

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Un dato importante a tener en cuenta es que por una misma vía circulan distintas lineas de metro, así que antes de subirse al tren hay que fijarse en los laterales de los vagones donde aparece la letra o el número de la linea. Además suelen anunciar la llegada de cada tren por megafonía.

Otra cosa que hay que saber es que algunas de las lineas son express, es decir que no paran en todas las estaciones del recorrido sino sólo en las principales. Ésto resulta muy cómodo cuando quieres atravesar la ciudad de una punta a la otra en poco tiempo. Nosotros cogimos una de estas lineas express y literalmente el metro vuela. Para estar seguros de que el tren va a parar en vuestra parada sólo tenéis que mirar el plano. Veréis que las estaciones donde paran todos los trenes, tanto locales como express están marcadas con un punto blanco.

Un billete sencillo de metro cuesta 3 dólares pero lo mejor es comprar el metrocard, un abono de metro y bus que puedes recargar con billetes sueltos, (así los viajes te salen a 2,75 dólares) o con viajes ilimitados por una semana o un mes. Como no teníamos intención de usarlo mucho nosotros lo recargamos por viajes sueltos.

 

COMER EN NUEVA YORK

Si viajáis a Nueva York con un presupuesto limitado una de las principales cosas que debéis tener en cuenta es que comer en la ciudad es bastante caro. Pero también es cierto que la oferta gastronómica es muy amplia. Así que no os preocupéis que no vais a pasar hambre.

Mi consejo es que cuando preparéis los itinerarios contéis previamente con esa parada para el almuerzo. Será fácil que en vuestro recorrido encontréis algún mercado gastronómico, (hay muchos en la ciudad) algún restaurante mejicano, hamburguesería o pizzería donde poder comer bien y a un precio razonable. En Shake Shack, una de las hamburgueserías más famosas de la ciudad, podréis degustar las burguers a unos 10 dólares y una porción de pizza puede costar unos 4 dólares.

 

 

 

Eso sin contar con la multitud de puestos callejeros de «hot dogs» que encontraréis por doquier. Y oye al menos una vez hay que probarlos. El perrito sencillo suele costar unos 3 dólares.

Otra cosa importante a tener en cuenta si coméis en un restaurante con servicio de mesa son las propinas. Muchos establecimientos, sobre todo las franquicias, ya la incluyen en la factura, pero de no ser así hay que contar con este gasto extra, entre un 15 y un 20% del total de la cuenta.

 

Se os ha abierto el apetito? Pues os iré contando mucho más en los siguientes posts de mi viaje a Nueva York!!

Un comentario Agrega el tuyo

  1. Coco_minimal dice:

    Pues mi en una semanita estaré en Nueva York por primera vez, y será un sueño cumplido. Gracias por el post, voy a leer el resto ❤️

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