Saudade do Porto

Oporto es esa ciudad vecina que por cercana y asequible, los españoles hemos dejado en el olvido durante años.  Pero una vez que la visitas, Portus Cale , la ciudad que dio nombre a Portugal, te atrapa, y te preguntas cómo has podido tardar tanto en ir a conocerla. Es una ciudad pequeña que se puede conocer bastante bien en un par de días. Se recorre perfectamente a pie y es obligatorio perderse por sus empinadas callejuelas para poder descubrirla de verdad.

Y así empieza mi idilio con Oporto, espero que podáis disfrutar de mi viaje a través de estas líneas!

TRASLADOS

Los vuelos a Oporto desde Madrid son bastante económicos, especialmente si los reservas con una cierta antelación. Hay varias compañías low cost que hacen esta ruta a diario desde distintas ciudades españolas. Nosotros volamos con Ryanair por menos de 50 euros ída y vuelta.

Una vez allí es muy sencillo llegar a cualquier punto de la ciudad en metro. Encontraréis máquinas expendedoras de billetes nada más salir del aeropuerto.

La Tarjeta Andante es una tarjeta recargable que permite viajar en toda la red de transportes públicos de la ciudad de Oporto, incluidos el metro, los autobuses, y trenes internos (NO tranvía). Los precios de los viajes varían de acuerdo a las zonas. Dependiendo de dónde se inicia el viaje y dónde termine la tarifa puede variar. Estas tarjetas solo pueden ser usadas por una persona a la vez. Es decir que, si viajan 2 o más personas, cada una deberá tener su Tarjeta Andante.

Existe la tarjeta Andante Tour que es una tarjeta más enfocada al turista y se vende para períodos de 24 y 72 horas, no es recargable como la Andante normal y permite usar los transportes públicos cuantas veces quieras durante ese periodo de tiempo.

Precios: Andante Tour 1 (24 horas) = 7,00€ y Andante Tour 3 (72 horas) = 15,00€

Como nosotros teníamos claro que íbamos a patearnos bien la ciudad, sacamos una tarjeta Andante recargable para viajes sueltos. Así te sale la tarjeta por 2,60, sesenta céntimos la tarjeta y dos euros el trayecto.

Tarjeta Porto Card

La Porto Card es una tarjeta que permite obtener descuentos y entradas gratuitas en los principales museos, monumentos y visitas turísticas. Existen dos tipos de tarjetas Oporto Card, con o sin transportes incluidos, y puede adquirirse por uno, dos, tres o cuatro días.  Nosotros no la adquirimos para tener libertad a la hora de planificar nuestras visitas y porque los descuentos no son muy importantes.

Tarjeta Porto Card normal: 1 día 6€, 2 días 10€, 3 días 13€, 4 días 15€.
Tarjeta Porto Card con transportes: 1 día 13€, 2 días 20€, 3 días 25€, 4 días 33€.

Una vez recorráis  la ciudad encontraréis los típicos tranvías antiguos, más utilizados ya por los turistas que por los propios habitantes de Oporto.

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ALOJAMIENTO

Aunque hay bastantes buenas opciones de alojamiento en hoteles de la ciudad, yo os recomiendo que hagáis como nosotros y os alojéis en algún apartamento antiguo del vecino pueblo de Vila Nova de Gaia, el que puede llamarse, el barrio de las bodegas de Oporto.

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Lo alquilamos a través de Airbnb y nos salió por unos 40 euros la noche. La decisión no pudo ser más acertada porque Vila Nova es una zona súper tranquila, tiene las mejores vistas de la ciudad y además puedes escaparte a hacer una cata de Oportos en cualquier momento.

 

PRIMER DIA EN OPORTO

Nada más llegar a Vilanova y dejar las maletas en el apartamento, decidimos coger fuerzas con un buen desayuno en una moderna cafetería cercana que descubrimos en las redes, 7G Roaster.

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Aunque los precios en esta cafetería son elevados en comparación con otros bares de la zona, merece la pena por su extensa carta de cafés, que suelen moler en el momento, y por sus enormes tostadas de pan negro con mantequilla, que fueron todo un descubrimiento. No dudéis en pedirlas, “pan scuro con manteiga”, deliciosas!

De allí nos lanzamos a descubrir la ciudad, las vistas de Oporto y del Puente Luis I desde Vila Nova son un espectáculo, así que hay que dedicarle un buen rato a este precioso paseo junto al río, cruzar el puente a pie y luego recorrer la Ribeira hasta perderse en el barrio de los pescadores, para mí la parte más bonita de la ciudad y patrimonio de la UNESCO.

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 Sus empinadas callejuelas, con sus casitas bajas de colores, siempre con la ropa tendida en sus ventanas, le dan ese aire de ciudad marinera decadente.

De allí continuamos el paseo hacia la zona alta de la ciudad para visitar la Iglesia y Torre de los Clérigos. Había que comprobar si de verdad eran las mejores vistas 360 grados de la ciudad.

La entrada cuesta 5 euros y hay que subir unos 200 escalones por una estrechísima escalera de caracol para llegar hasta la cima. Aunque es visita obligada, tampoco es lo más interesante que ofrece la ciudad.

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De allí continuamos la caminata hacia la zona universitaria, íbamos a la búsqueda de un restaurante para comer, pero al final acabamos sentándonos en el Bar Aduela, una terracita donde tomamos el primer plato de bacalao de este viaje y los primeros vinos de Oporto. Una comida correcta que nos salió por 22 euros.

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Tras la pequeña pausa del almuerzo seguimos rumbo al mercado de abastos de Bolhao donde a esas horas reina la calma, pero aún se puede disfrutar de sus pintorescos puestos de frutas, quesos o pescados. Como consejo, en este mercado compramos los souvenirs más baratos de la ciudad y exactamente los mismos que se podían encontrar en otras tiendas del centro de Oporto por el doble.

Desde el mercado nuestro paseo continúa por la calle más comercial de Oporto, lo que sería la calle Preciados de Madrid, Rua Santa Catarina. Es una vía peatonal en la que encontraréis infinidad de tiendas, restaurantes y cafeterías, tiene hasta un centro comercial, el Vía Catarina Shopping.

Bajando Rua Santa Catarina os llamará la atención una pequeña iglesia. Se trata de la Capilla de las Almas, toda revestida de azulejos de color azul, tan típicos de Portugal.

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Y un poco más adelante os sorprenderá una enorme cola de gente a las puertas de una cafetería, se trata del famoso Café Majestic, un clásico de Oporto, decorado en estilo art noveau y con un cierto aire parisino, este café fue inaugurado en los años 20 y en él se daban cita las personalidades más ilustres de la ciudad.

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Salão_Salon
http://www.cafemajestic.com

Tengo que reconocer que no fuimos capaces de aguantar la cola y decidimos continuar nuestro paseo sin hacer parada en el Majestic. Un dato a tener en cuenta si decidís entrar a tomar un café, los precios son bastante elevados.

Desde Rua Santa Catarina caminamos hacia la estación de Sao Bento, uno de los reclamos turísticos más importantes de la ciudad y quizás también uno de los lugares más fotografiados por sus preciosas paredes recubiertas de azulejos blancos y azules que representan momentos importantes de la historia de la ciudad. La estación parece parada en el tiempo, y es bonito contemplar a los viajeros mezclándose con las bandadas de turistas disparando como locos sus cámaras de fotos.

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Nuestra última parada del día fue la catedral de la Sé de Oporto, uno de los monumentos más importantes y antiguos de la ciudad. Visitar el interior del templo es gratis, pero hay que pagar para ver su claustro gótico (3 euros), merece la pena visitarlo y contemplar sus hermosos azulejos y las vistas desde su azotea.

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En el exterior de la Catedral encontrareis uno de los mejores miradores de la ciudad desde el que se puede contemplar una vista espectacular del casco antiguo de Oporto, del río y de las bodegas de Vila Nova. Os llamará la atención en esta plaza una gran columna central que en la antigüedad servía para colgar a los criminales.

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Para culminar nuestro primer día en Oporto decidimos ir a cenar a una de las tabernas que más nos habían recomendado, muy cerca de nuestro apartamento, la Taberninha do Manel. La verdad es que el lugar no nos convenció mucho, aunque el ambiente es agradable, nos pareció demasiado turístico y la comida muy mediocre. Pedimos el famoso bacalao a bras, o bacalao a la dourada y no nos gustó nada. La relación calidad precio es bastante mala.

SEGUNDO DÍA EN OPORTO

Nuestra segunda jornada en Oporto amaneció bastante nublada y con amenaza de lluvias, así que aprovechamos para visitar los monumentos imprescindibles de la ciudad que nos quedaban por ver.

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La primera parada fue el Palacio de la Bolsa, las visitas aquí son guiadas y en concreto las que se realizan en español están muy cotizadas, así que os recomiendo que vayáis a primera hora a comprar los tickets, (cuestan 9 euros) y que hasta la hora de la visita aprovechéis para acercaros a la vecina iglesia de San Francisco (4 euros),  en mi opinión el monumento más espectacular de la ciudad de Oporto. Se trata de un templo construido inicialmente en estilo románico, pero la sorpresa de este templo está en sus tres naves interiores, donde dicen que se emplearon más de 300 kilos de polvo de oro. Es tan ostentosa que durante muchos años fue cerrada al culto porque resultaba insultante para toda la pobreza que la rodeaba.

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Hay dos puntos de interés importantes en este templo: en la nave lateral izquierda, el Árbol de Jesé, una espectacular escultura de madera policromada que representa el árbol genealógico de Cristo. Y bajo el templo, las catacumbas, donde se encuentran enterrados muchos de los hermanos de la Orden de los franciscanos y algunas de las familias más nobles de la ciudad.

De allí volvimos justo a tiempo para la visita guiada al Palacio de la Bolsa, sede de la asociación de comerciantes de Oporto. Es interesante escuchar la historia del edificio donde trabajó durante unos meses el mismísimo Gustav Eiffel y sobre todo merece la pena ver la sala árabe, una estancia de estilo morisco inspirada en la Alhambra, en donde se llevan a cabo las recepciones oficiales.

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A la hora del almuerzo decidimos hacer parada en el restaurante Puorto, donde probamos la famosa francesihna, el plato más típico de la ciudad. Es una especie de sándwich relleno de embutido y carne, cubierto de queso fundido y huevo frito y bañado por una salsa picante a base de cerveza y tomate. Es una bomba calórica pero no te puedes ir de Oporto sin probarlo. Puorto nos pareció una muy buena opción, la comida muy rica y los precios muy buenos.

Tras cargar las pilas con el almuerzo dirigimos nuestro paseo hacia la Avenida dos Aliados y de allí callejeamos y nos perdimos por la Rua do Bonjardim donde nos topamos con un precioso rincón, la Esplanada do Pretinho, un café escondido en un jardín con mucho encanto.

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Tras algunas paradas a causa de la lluvia decidimos volver a la catedral para visitar el claustro gótico que en nuestra primera visita lo habíamos dejado pendiente por falta de tiempo.

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Y como el tiempo no mejoraba aprovechamos para volver a Vilanova y visitar alguna de sus bodegas.

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Hay tantas que es difícil poder recomendaros una en concreto. Nos hubiera gustado poder visitar Sandeman, simplemente por curiosidad, porque es la más característica de Vila Nova y una de las más antiguas, pero fue imposible poder reservar una visita en español, estaban literalmente a tope al tratarse de un puente importante en nuestro país.

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La cata la realizamos en Dourum Experience y optamos por probar las variedades blanco, rosado y tinto. El tawny, que es el dulce, el único que en España reconocemos como Oporto ya lo habíamos probado, así que optamos por algo distinto. La verdad es que en España sabemos muy poco de los vinos de Oporto y fue interesante conocer la denominación de origen y las distintas variedades de uva que dan lugar a los distintos tipos de Oporto, que, por cierto, son muchísimos.

Tras la cata nos fuimos a casa a descansar y prepararnos para la cena que habíamos reservado desde España en un restaurante mejicano de moda en la ciudad y muy frecuentado por Casillas y Sara Carbonero, Frida Cocina Mestiza.

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Como la lluvia no cesaba fuimos en cabify, que tengo que decir que en Oporto es especialmente barato.

Frida nos gustó, la comida en general fue muy buena, aunque los precios nos parecieron un poco elevados. Aún así mereció la pena.

 

TERCER DÍA EN OPORTO

El tercer día de nuestro viaje a Oporto decidimos hacer una escapada a la vecina Aveiro, conocida como la Venecia portuguesa. En otro post os contaré mis impresiones sobre esta ciudad.

A la vuelta a Oporto el sol quiso por fin aparecer y decidimos subir a una de las terrazas más tops de nuestro barrio, la del Espacio Porto Cruz. Es una terraza súper animada y especialmente concurrida para contemplar la puesta de sol. Las vistas son espectaculares, así que no dudéis en visitarla. Eso sí, las bebidas son algo caras, por una copa de vino pagamos 6 euros. El edificio ofrece también la posibilidad de realizar catas de vino y cuenta con un bonito restaurante de ambiente bastante romántico y con estupendas vistas sobre el río.

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ÚLTIMO DÍA EN OPORTO

Nuestro último día en Oporto lo quisimos dedicar a recorrer con mucha más calma los lugares que más nos habían gustado.

Habíamos dejado para el final la visita a la famosísima librería Lello, donde “dicen” que la autora de Harry Potter se inspiró para escribir sus novelas. Pero al llegar nos encontramos con una cola interminable y nos pareció una auténtica locura pasarnos horas allí parados para ver una escalera durante unos segundos. La entrada cuesta 5 euros (que te descuentan si compras algún libro) y se puede adquirir en un establecimiento contiguo.

Livraria Lello, Porto

A falta de librería optamos por entrar en A Vida Portugesa ,una tienda cercana a Lello y con mucho encanto donde se pueden encontrar regalos interesantes, desde aceites, especias o sales portuguesas a vajillas, mantelerías, objetos de papelería etc..

 

 

Casi a la vuelta de la esquina os recomendamos que visitéis el original bar Galería de París, tienen menús interesantes para el almuerzo pero lo mejor es la decoración del interior, llena de juguetes y muñecos.

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Volvimos a recorrer el barrio de los pescadores, compramos algún recuerdo de la ciudad, salimos del circuito más turístico para recorrer otras zonas menos conocidas y acabamos en una bonita plaza, el jardín de san Lazaro, donde se produjo el gran descubrimiento gastronómico de este viaje, el restaurante Casa Lemos. Regentado por un matrimonio mayor, nos llamó la atención la cocina abierta al comedor en la que la señora preparaba el pescado al instante.

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Comimos literalmente lo que el propietario quiso, filetes de bacalao y pescada frita con patatas. Un delicioso vino que el señor también eligió y de postre una especie de pudin casero que estaba delicioso. Todo riquísimo, hecho en el momento y súper barato, nos salió a 12 euros por persona. Una experiencia muy recomendable.

Tras el almuerzo paseamos plaza abajo por la Rua do General Sousa hasta llegar a un aparcamiento desde el que se podían contemplar unas preciosas vistas desde el otro lado del puente Luis I. Aprovechamos para hacer fotos y continuamos la bajada callejeando junto al funicular Dos Guindais hasta llegar a la Avenida de Gustav Eiffel. Una caminata preciosa que nos permitió disfrutar de rincones bastante pintorescos.

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Y de allí vuelta a pie por el puente hacia Vila Nova, había que recoger maletas y marchar hacia el aeropuerto.

Nos marchamos de Oporto con cierta tristeza.. y con muchas ganas de volver pronto, ese sentimiento que los portugueses llaman «saudade»…

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6 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Bellísima ciudad que nunca me canso de disfrutar ¡precioso artículo!

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    1. ladisfrutona dice:

      Muchísimas gracias!!

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  2. Moisés Menéndez dice:

    Muy buen post de una ciudad preciosa…. espero tu entrada sobre Málaga 🙂

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    1. ladisfrutona dice:

      Muchas gracias Moisés! Estoy trabajando en el post de Málaga, pero algo lento, me puede la responsabilidad..jeje

      Le gusta a 1 persona

      1. Moisés Menéndez dice:

        Lo espero como agua de mayo o mejor como sol de finales de junio que es cuando iré a Málaga :))

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  3. Jose dice:

    Oporto precioso. Aunque me encantó mucho más en mi primer viaje, hace 10 años. Ahora se ha masificado un poco. Sólo una nota a tu artículo, el taxi es muy barato y no merece la pena utilizar el metro desde el aeropuerto a Oporto.

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